AGRO. Ruta y río, un ensamble de desarrollo regional

Locales 10 de septiembre de 2022 Por Tribuna
Columna de opinión del ingeniero agrónomo Raúl Martina (M.P. 1442).
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Esta columna pretende dejarles un planteo en números e información respecto a navegar con embarcaciones movilizando cargas y desarrollando intercambio comercial con el resto del mundo desde una vasta región productiva que incluye a cinco países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina.

La hidrovía Paraná-Paraguay-Uruguay tiene una longitud de 3.442 kilómetros, unos 1615 kilómetros del total se desarrollan en nuestro territorio nacional. Si comparamos la competitividad de los fletes de distintos tipos de transporte, queda reflejado claramente, que el costo de trasladar en camión una tonelada de grano (tomando la relación tonelada/kilometro), es el doble que transportar la misma tonelada en tren, en cambio el transporte fluvial representa la mitad del costo con respecto al transporte ferroviario. La participación de este sistema de transporte a nivel nacional es escasa y se requieren algunos cambios, además de inversiones urgentes en el transporte fluvial que otorguen mayor competitividad, para que se mejoren las infraestructuras existentes y haya coordinación entre trenes y barcazas, a fin de activar una matriz de transporte más equilibrada, que generará un sistema más competitivo disminuyendo los costos, lográndose así una vía de comercialización de granos eficiente en toda la región (Bolsa de Comercio de Rosario, 2022).

Las condiciones de navegación de la hidrovía no son homogéneas en todos sus tramos y en tal sentido desde Santa Fe hacia el norte, el calado en profundidad es de solo 10 pies, limitando el transporte al uso de barcazas, que en un 93% pertenecen a la marina mercante de Paraguay, ya que las políticas del vecino país son menos estrictas produciendo un incremento notable de la actividad de navegación y transporte fluvial. Es evidente que los vecinos paraguayos no discuten prioritariamente Amor-Odio, o miradas como “Al enemigo ni justicia”, sino que están atentos al desarrollo energético y productivo de manera singular.         Desde el punto de vista hidrográfico podemos tomar un caso con cierta similitud; el modelo del río Yangtsé, en China, donde el volumen de carga se triplicó en los últimos 10 años y actualmente se realiza a través de sus aguas el 80% del tráfico de mercancías, además de actividades anexas que generan ingresos interesantes a las poblaciones ribereñas como por ejemplo el turismo y la actividad pesquera. Si analizamos este ejemplo favorecido por políticas en materia fluvial, a orilla del río se han desarrollado muchos de los grandes centros industriales. De Asia podemos llegarnos hasta el país del Norte y tomar como ejemplo el manejo de desarrollo productivo -inclusivo de los “Farmers” y la cuenca del río Misisipi.

En Argentina, las oportunidades pasan y el enfoque productivo sigue postergado, navegamos cauces inestables y a la vez impetuosos. 

Comenzó septiembre con una agenda impuesta para todos los argentinos. Hablar y abrir debate sobre juicio y persecución, teatro o realidad, mentira y verdad, corrupción, locura, justicia. Mientras la inflación continúa, la pobreza aumenta en un número que es vergonzoso. Los esquemas de ofertas al sector sojero, que según el relato diario es el culpable de la falta de dólares, mentira que se desarma cuando analizamos los números reales de liquidaciones de stocks de la oleaginosa, y los nuevos actores que se suman al fantasma responsable de lo que nos pasa, la justicia, la oposición y el periodismo. 

Rescato del escritor Jorge Fernández Díaz una mirada atinada de lo que nos pasa y, se relaciona con “El enfoque sobre la vejez”, esa etapa donde se invierte el orden natural de las cosas y su fórmula vital es extrapolable a los proyectos políticos en donde todo lo que debe bajar (colesterol, presión y déficit fiscal) sube; todo lo que debe estar alto (calcio, empleo y consumo) baja; todo lo que debe mantenerse chico se agranda (próstata, inflación y Recesión) y todo lo grande se achica (músculos, estatura y reservas); lo blando y flexible se endurece (arterias, articulaciones e ideología), más todo lo que debe ser duro se afloja (huesos, dientes y ética)”. Esta visión geriátrica, claramente sirve para determinar el fin de un ciclo político que nos está perjudicando de sobremanera.

Para el cierre les comparto la esperanzadora reflexión del ensayista, filósofo y poeta argentino Santiago Kovadloff, cuando nos habla del futuro, ese repertorio de ideales y proyectos que sostienen nuestra vida. El ideal de la república tardará años en llegar, pero cada paso que demos es fundamental, hay ejemplos de hombres que no se dieron por vencidos, y resalta a nuestro héroe nacional José de San Martín y la carta que le escribe Juan Martín de Pueyrredón diciéndole que le manda bastante de lo que le había pedido para el cruce de la cordillera de Los Andes… “y no me pida más, carajo; lo que usted quiere hacer es imposible” y la respuesta del general fue: “Gracias por el envío, tiene usted razón lo que intento es imposible, pero es imprescindible”.

La fortaleza política de un proyecto se mide por su dignidad interna, la vida no es duración, no hemos nacido para durar, hemos nacido para desplegar proyectos de mayor dignidad, si fracasamos debemos levantarnos y volver a intentar, nadie da por culminada esa tarea.

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