OPINIÓN. Covid 19: la historia continúa

Locales 22 de enero de 2022 Por Tribuna
Columna de la médica infectóloga Marta Santi (MN 92751-MP 33060)
OPINION Covid

En noviembre de 2019, desde China, se comunicaba la detección de una forma atípica de presentación de neumonía viral. Aislado el causante, se lo nominó según la familia proveniente y las características derivadas de presentaciones clínicas que habían sido notificadas en años anteriores. Así surgió  SARS CoV-2 y a la patología ocasionada, COVID19. 

En la historia de la medicina del siglo pasado, y en lo que llevamos del XXI, pocas enfermedades han alertado a la población mundial. Escuchamos del sarampión, de la poliomielitis, de los brotes de gripes aviar y porcina, entre otras. Pero esta forma diferente de proceso respiratorio ha trascendido todos los ámbitos, y sin temor a equivocarme, diría mundiales. 

Ya estamos acostumbrados a los términos epidemiológicos que nos alertan diariamente sobre las personas que, tras haber sido testeados, informan positivos o negativos.

Si bien todavía hay confusiones sobre portadores y sintomáticos, sobre los diferentes tipos de test en vigencia y de las vacunas disponibles, lo que actualmente causa mayor preocupación, es la notificación sobre las nuevas variantes virales y su nominación.

Personas portadoras son aquellos que, tras haber sido testeados por cualquiera de los métodos vigentes, presentan partículas virales detectables. Hasta la fecha no hay datos cuantitativos sobre la carga viral in situ, por lo que solamente nos regimos por la modalidad positivo o negativo. Sintomáticos son todos aquellos que, testeados o no, presentan alguna manifestación de la enfermedad. 

Muchos pacientes, siendo testeados con resultados positivos, no presentan síntomas característicos al momento del análisis, y pueden aparecer en cualquier momento del ciclo viral. Otros, pese a la sintomatología clásica conocida, arrojan resultado negativo. Estos son los casos más complicados de comprender para quien lo padece. Y la respuesta es muy simple: se puede presentar rinitis, tos, dolor de cabeza ,fiebre, dolores musculares o articulares por motivos diversos , virales o no. Y, característicamente, puede portarse SARS CoV2 con pocas o nulas manifestaciones (portador asintomático) o ser encubierto por otra enfermedad subyacente o coinfectante, por ejemplo, en el contexto de rinitis alérgicas o tos crónica. Y entonces, ¿cómo diferenciarlas? Yendo a testearse mediante un hisopado nasal y/o faríngeo. 

Las nuevas variantes del virus son otro de los temas que más consultas acarrean en estos días. Para quien no está familiarizado con la biología, es bastante complicado de entender. Y para nosotros, habituados a sus leyes, difícil de explicar. 

Los virus son partículas diminutas, de observación sólo por ultramicroscopía, por lo cual su identificación sólo se realiza en laboratorios especializados y con métodos complejos. Por lo tanto, se recurre a métodos indirectos para su detección y serotipificación, es decir, aquellos que mediante tinciones o reacciones permiten su identificación.

La característica diferencial de los virus es su necesidad de las células de su portador para multiplicarse y transmitirse. En el caso de los coronavirus, éstas son las que recubren el tracto respiratorio superior y el tracto gastrointestinal, principalmente. Esto explica que el principal mecanismo de transmisión viral sea a través de las secreciones respiratorias emitidas tras un estornudo o la tos. 

Para su replicación, los coronavirus presentan ciertas proteínas específicas, pero carecen de la capacidad de corrección de lectura de la plantilla original, lo que induce una tasa de error al decodificarse, de 1/10.000. Esto significa que en cada progenie (virus derivados de una multiplicación) habrá varias posibilidades de mutación. Como si ello fuera poco, también ocurren alteraciones por supresión de lectura, algo así como olvidar las letras de una palabra en una oración, lo que induce un cambio en el mensaje a la partícula descendiente. Sumado a que también puede haber recombinación de estas “palabras incompletas “están los tres mecanismos por los cuales se originan las tan mencionadas variantes virales o mutaciones. 

La rápida evolución del virus y la formación de las nuevas cepas tienen como resultado las “olas “ que vienen asolando a la población mundial desde el inicio de la pandemia. 

Inicialmente se fueron identificando según el lugar donde se aislaron, pero para evitar que estas poblaciones fueran estigmatizadas, se determinó la nominación según el alfabeto griego. Así, la primera variante del virus original fue ALFA, luego se aisló BETA , y así sucesivamente. 

Cada nueva variante presenta características que la hacen distintivas, principalmente en cuanto a la sintomatología que presenta y a la variabilidad de su respuesta inmunógena. Las primeras eran francamente sensibles a la acción de las vacunas, pero conforme fueron apareciendo, presentaron cierto escape a su acción. Si bien siguen siendo efectivas para disminuir la frecuencia de complicaciones graves (hasta en el 95% de los casos), la posibilidad de reinfección está presente con la última variante de preocupación descubierta (OMICRON). 

Por todo lo mencionado, es previsible la aparición de otras mutaciones. Pero, así como están aquellas que traen preocupación por su gravedad (DELTA) , hay otras que no mostraron mayores complicaciones pero sí mayor tasa de contagios (OMICRON), y lo que podemos deducir es que las siguientes pueden presentarse dentro del abanico de posibilidades. 

¿Qué hacer frente a esto? Cumplir con los esquemas de vacunación propuestos para ir reforzando la capacidad de inmunización, sabiendo que vamos a promover mayor protección a aquellos que presenten otras enfermedades que pueden de por sí, complicar el cuadro respiratorio y presentar complicaciones. 

Un caso especial es la aparición de coinfecciones. Esto significa que en el transcurso de la enfermedad, un paciente puede ser infectado por otro virus. Es el caso de lo que ahora se menciona en la prensa médica como FLURONA.

Flurona no es una nueva variante, ni es una nueva enfermedad. Simplemente hace mención al contagio con el virus de la gripe en un paciente cursando la infección con SARS Cov2. Hasta el momento se ha descripto con sintomatología similar, y en los casos de complicaciones, han sido por trastornos respiratorios asociados a enfermedades subyacentes de los pacientes, o a edades extremas de la vida. 

Nos queda mucho aún por aprender. Pero a la fecha debemos reforzar lo que la experiencia nos ha enseñado : a prevenir. El cuidado interpersonal, la ventilación de los ambientes, el lavado de las manos. El testeo de las personas con síntomas, el aislamiento de los casos positivos, el cuidado de la salud para prevenir complicaciones. Ysobre todo, cumplir con los esquemas de vacunación sugeridos son, hasta hoy, las herramientas que tenemos para hacer frente a esta situación, que requiere el compromiso de toda una sociedad. 

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