“La presión tributaria es el problema que frena el desarrollo de las empresas”

Locales 26 de julio de 2021 Por Tribuna
Luciana Mengo, empresaria local del sector agroindustrial.
Mengo
Luciana Mengo, socia de Silos Mengo y Presidenta de AFAMAC

La empresaria riotercerense Luciana Mengo analizó la coyuntura económica actual. A la hora de identificar límites para el desarrollo, la respuesta fue la carga tributaria. Aseguró que el Gobierno no ha mostrado signos de tener un proyecto económico que genere previsibilidad.

Una encuesta a 300 empresarios de distintas partes del país mostró que la principal preocupación entre los hombres y las mujeres de negocios es la conducción de la economía, incluso por encima del impacto que tiene la pandemia de Covid-19 en sus negocios. Con esta apreciación coincide la empresaria riotercerense Luciana Mengo, socia de la tradicional compañía dedicada a la ingeniería de postcosecha. Allí, junto a sus hermanos, continúa el legado de la empresa familiar fundada por su padre en 1978.

La empresaria, quien también es presidenta de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac), brindó a TRIBUNA un panorama de cuáles son las preocupaciones que atraviesan a los empresarios argentinos, se mostró escéptica respecto a las soluciones que pueda brindar el Gobierno y si bien destacó que la agroindustria es un sector que no ha sido castigado por la pandemia, aclaró que hay muchos problemas por resolver para que finalmente la industria del país pueda despegar.     

-¿Cuál es la principal preocupación entre los empresarios argentinos, la conducción de la economía o el manejo y el impacto de la pandemia?
-Al tema de la pandemia lo tenemos interiorizado, estamos concientizados. Con un porcentaje del 40 por ciento de la población vacunada creo que ya no es un tema que ocupe la primera fila de las preocupaciones de nivel empresarial. Sí lo hace el escenario macroeconómico tan poco previsible. Esto pasó siempre, lo que ocurre es que ahora tuvo un impacto más fuerte porque estuvo acompañado de un hecho relacionado con la vida y la muerte. Anteriormente los hechos económicos estaban relacionados exclusivamente con manejo financiero según te tocara o no en tu sector. Como el Covid alcanzó a todo el mundo lo económico tuvo otra dimensión. Si me hubiera preguntado esto mismo hace unos meses, el protagonista era el Covid, pero hoy con este escenario que tenemos, con la vacunación, con un manejo más familiarizado con la sintomatología,  puestos en marcha los protocolos, la preocupación principal es la incertidumbre económica del escenario macro. No sabemos cuál es el proyecto real de la economía para determinar si hacer o no inversiones en las empresas.

-¿En este contexto cree entonces que son necesarias medidas urgentes que den mayor previsibilidad?
-Los empresarios perdemos muchas energías en ser tan creativos con las finanzas; en otro contexto podríamos dedicarnos a hacer lo que sabemos, que es producir. Con tanto tipos de dólar distintos no se sabe con cuál hay que trabajar; hay commodities que tienen efectos a nivel mundial, como el caso del acero que nos afecta directamente a nosotros, que ha sufrido un impacto inflacionario en dólares. Si bien uno ata su principal insumo a una moneda firme, en un contexto inflacionario no tenés una herramienta monetaria segura. Por esa razón la agroindustria y los productores agropecuarios están buscando que el grano sea tomado como una moneda. Hoy el empresario camina por una cornisa que son las decisiones financieras.

Las variables que preocupan
 -¿Cuál considera de los siguientes problemas macro que es el que más frena el desarrollo: presión tributaria, inflación, burocracia, mercado deprimido, apertura al mundo?
    -La presión tributaria sin dudas. Para todos los otros aspectos el empresariado argentino es muy creativo y está acostumbrado a esas variables. Inflación hubo siempre, muchas empresas en la Argentina están preparadas para exportar y ahí sí las puede afectar la burocracia, también el tipo distinto de dólar, pero fundamentalmente todos terminamos hablando de la presión tributaria. Y no solamente del tributo financiero sino en todo, en las leyes laborales, las dobles imposiciones tributarias, todo lo que termina desmotivando las inversiones. Si un empresario hace los números sobre sus finanzas todos los meses, que es donde más prolijos debemos ser, vemos que estamos siempre en una meseta. Las empresas que aparentemente estamos muy bien es porque en realidad no estamos tan mal, que no es lo mismo. Aquí el tema es el valor del dinero, a quienes generamos trabajo nos cuesta muchísimo ganar el dinero para pagar y para quien lo cobra es poco. Esto genera un ambiente de insatisfacción generalizado y eso desmotiva.

-¿Cree que el Gobierno ha tenido algún acierto para tratar de resolver estos problemas a los que hacíamos referencia?
-Creo que el gabinete nacional relacionado a la producción está enfocado, pero a nivel general no ocurre lo mismo. Es como la sábana corta: el Gobierno va hacia el asistencialismo y deja sin asistencia a las pymes; las pymes deben tributar para que puedan pagar pero no están en condiciones de hacerlo, entonces se las asiste pero de dónde se sacan los recursos para hacerlo. Todas las variables que tiene que manejar el Ejecutivo tienen que ver solamente con el dinero, pareciera que es la única que pueden manejar. No creo que haya un horizonte claro, puede haber un proyecto ideológico pero tiene que haber uno económico y eso no está claro, están como incomunicados. Pareciera que hay muchos gobiernos dentro de uno, muchas personas que no se conocen que se juntaron a gobernar.

-¿Opina que este es un buen momento para realizar inversiones?
-Hay quienes dicen que cuando más crisis hay es el momento de invertir para que cuando llegue la buena te encuentre preparado. En el sector agroindustrial no dejamos de prepararnos ni de invertir nunca. El mismo movimiento del sector te obliga a hacerlo porque si no tendés a desaparecer. Esto tanto por el volumen de demanda que tenemos como por la presión de las empresas extranjeras, como pasó en el gobierno anterior, que podían ingresar libremente al país. Y además hay que prepararse, si se tiene pensado exportar, para ser eficiente en la producción y con calidad. El nuestro es un sector que nunca deja de invertir, ni en tecnología, ni en capacitación, ni en herramientas, es muy dinámico en ese sentido.

"Las empresas que aparentemente estamos muy bien es porque en realidad no estamos tan mal, que no es lo mismo"

-¿La pandemia predispuso a los empresarios al cambio?
-Algunos sí, pero no fue la pandemia sino el propio virus. El virus, al afectar a las personas, necesita ser tratado desde el punto de vista médico, entonces hubo muchas industrias que pudieron adaptar su capacidad instalada para fabricar elementos que sean útiles al sector médico. Se reinventaron, disrumpieron, pero eso no ocurrió con todos.

-¿Pero una vez que la pandemia termine podrán sostenerse en la nueva actividad?
-Hay empresas que se duplicaron, luego analizarán si les conviene seguir con los nuevos nichos en los que trabajaron o bien quedarse solo con los que tenían antes de la pandemia.

Expectativas
-¿Las próximas elecciones legislativas generan alguna expectativa entre el empresariado?
-Las elecciones de medio tiempo no significan mucho para el empresariado, solo la oportunidad de entusiasmo en los políticos para acercarse a nosotros y recibirnos. Es quizás el momento en el que podemos expresar lo que pensamos deben cambiar. Se muestran abiertos pero después se les pasa. Sin embargo, tengo un anhelo personal respecto a la política, al que bauticé “cupo privado”. Es decir, si se estableció un cupo femenino para las listas a nivel legislativo, también debería haber uno para el sector privado. Quienes trabajan en política y toman decisiones por lo general son personas con escasa o nula experiencia en los sectores sobre los cuales proyectan definiciones. Ya que el sector privado reclama que no se lo escucha, sería muy importante que tuviera un lugar, quizás no ocupando una banca pero sí contando con representantes en las comisiones.

-¿Cuáles son las expectativas para lo que resta de 2021?
-Vamos camino a una inflación ascendente, no hay recursos ni proyectos para frenarla y tenemos que trabajar a conciencia de esto. En cuanto a la educación e información, los sectores productivos estamos muy preocupados porque no hay trabajadores lo suficientemente formados. Actualmente nos encontramos con que tenemos muy buen nivel de formación de los mandos medio para arriba, pero de mandos medio para abajo estamos rengos. Las empresas estamos trabajando mucho para generar ese semillero del cual nutrirnos.

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