En Almafuerte, la directora del Hospital Municipal Salvador Scavuzzo, Mónica Beroch, comparte la creciente preocupación que reina en el sector de salud, sobre cómo afrontar lo que depara la llamada “segunda ola” de la pandemia de Covid-19.

En el cargo desde febrero, aunque lleva nueve años en el nosocomio, es contundente al afirmar que “en un año no aprendimos mucho como ciudarnos”, en referencia a las conductas sociales observadas.

En este marco, Almafuerte parece replicar lo que ocurre en buena parte del territorio nacional, sobre todo en cuanto al comportamiento de los más jóvenes. “Vemos que la gente mayor se cuida pero entre los más chicos está el problema porque no hay conciencia de que contagian al grupo familiar”, replica Beroch.
Como tantos vecinos, pero posiblemente con un mayor grado de alarmismo, la doctora viene observando esta falta de cuidados que se acentuó sobre todo en el lago y tuvo su punto cúlmine el pasado fin de semana, con los distintos eventos públicos realizados por Semana Santa en la ciudad.

En base a esa experiencia, reconoció que fue tomada la decisión de suspender una prueba de triatlón prevista para este fin de semana, “no por la competencia en sí que tenía su propio protocolo, sino por la concentración de gente que se podía dar afuera”, explicó.

En cuanto a comportamientos que no condicen con la situación epidemiológica, la directora del hospital también apuntó al sector gastronómico, advirtiendo que en varias ocasiones no se respeta la distancia entre mesas, capacidad del local o incluso, el uso de tapaboca en los mozos. “Son cuestiones muy difíciles de controlar si no hay un compromiso social entre todos”, subrayó.

“Primero priorizamos el turismo, después el deporte, pero para cuándo la salud”, se preguntó Beroch, enfatizando que también es una cuestión de respeto profesional hacia quienes están trabajando en esa área.
Con respecto a la posible evolución de la pandemia, la médica destaca la ventaja de tener el “diario del lunes”, como ya se ha mencionado, por lo sucedido en otros lugares del mundo como Europa.

En consonancia con los pronósticos de los especialistas, estima que los contagios podrían triplicarse en relación con el año pasado, aunque la expectativa pasa por tener síntomas atenuados que no demanden terapia y menor letalidad, gracias a la vacunación en curso.

En cuanto a esto último, Beroch precisó que ya se logró inocular a un 30 por ciento de la “población objetivo” en esta etapa, lo cual representa unas 3700 personas y esta semana se comenzó con los mayores de 65 años.
Según afirma, gran parte de los mayores de 70 ya recibieron su dosis y quienes están pendientes son aquellos que tuvieron algún inconveniente con la insripción o bien, se trata de personas sanas que no fueron priorizadas como otras con comorbidades.

En cuanto al personal de salud, lo que se denomina “primera línea”, principalmente odontólogos, hisopadores, personal que trabaja en laboratorio, entre otros, ya ha sido cubierto y está pendiente hacerlo con psicólogos, fonoaudiólogos o psicomotrices, que por su trabajo, están más resguardados con medidas de bioseguridad, como el tapabocas, máscaras y la distancia con los pacientes.

También se vacunó a personal docente, comenzando por el nivel inicial porque deben trabajar con niños a los que se les permite estar sin tapabocas por momentos y requieren de contacto más cercano. Si bien, Beroch señaló que la mayoría ya fue vacunado, no deja de sorprenderse por algunos que se negaron, aunque se trate de un porcentaje menor.

Por otra parte, se mostró en total sintonía con las restricciones dispuestas y estima que se irán profundizando en los próximos días, más allá de cierta flexibilidad dispuesta en la provincia de Córdoba.
Pero si de salud pública se habla, no todo es Covid-19, aunque venga acaparando gran parte de la atención sanitaria desde hace más de un año.

En este contexto, admite que uno de los peores resultados fue la caída en el número de estudios ginecológicos. No obstante, valoró el apoyo recibido por parte del Punto Mujer, recientemente inaugurado en la ciudad, para revertir esta situación con acciones de concientización.

A su vez, destacó que se logró avanzar en la actualización de varios carnets de vacunación y marcó otra falencia con respecto  a la odontología, ya que los dos profesionales a cargo del área también son hisopadores. Este déficit pudo revertirse en cierta medida, dejando uno solo para esa tarea y ampliando la atención a la tarde.

El dengue también fue otra amenaza para el verano que pasó, teniendo en cuenta el antecedente del año anterior cuando Almafuerte fue epicentro de la epidemia en la región, aunque afortunadamente no se registraron casos. 
    Beroch explicó que este “alivio” sanitario, como en toda la provincia, fue posible gracias a la menor circulación hacia las regiones de mayor incidencia, en el norte del país y factores climáticos. No obstante, destacó las tareas de prevención realizadas en torno a las ovitrampas y una campaña de descacharreo como nunca antes se había realizado en la ciudad.