Conservando el suelo y capturando carbono

Información General 05 de octubre de 2020 Por Tribuna
Columna del ingeniero agrónomo Raúl Martina*
AGRO Martina

Dos elementos valiosos son claves para combatir el cambio climático, suelo y carbono; la solución es simple y está bajo nuestros pies, además de ser añoso como el propio planeta. 

El suelo es el que posee la capacidad de capturar enormes cantidades de gases invernadero, convirtiéndose en el único capaz de recuperar nuestras fuentes de agua, producir alimentos, y estabilizar el clima. Respetar su funcionalidad vertical es un aspecto decisivo para lograr su adecuado accionar, y pensar en protegerlo en superficie, facilita la infiltración del agua de lluvia y evita un flagelo por todos conocidos en nuestra región como lo ha sido durante años la erosión hídrica y eólica. Varias anécdotas de nuestros productores ilustran lo que significan ambas erosiones. 

El carbono es el elemento a capturar del aire; es un gas, lo exhalamos en el proceso de respiración, no es malo, por el contrario, es estructural y energético, los seres humanos somos 16% de carbono y el mismo proviene de las plantas. Las plantas reciben la energía del sol, absorben el dióxido de carbono de la atmósfera, y lo convierten en combustible; el 40% de esa captura pasa al suelo y se instala en la rizosfera, para que de manera estratégica, los microorganismos del suelo lo utilicen generando nutrientes para las plantas. Gracias al trabajo de estos microbios, el carbono en el suelo, se transforma en una sustancia ligante y estructurante, que mejora notablemente muchos aspectos del mismo, como porosidad y capacidad de almacenaje de agua; además de ser suministro de nutrientes, porque favorece el intercambio de cationes, dando origen a la materia orgánica elaborada, llamada humus.

En el planeta, somos 1% humanos y 99% microbios, un suelo sano contiene numerosa cantidad de seres vivos que trabajan activamente transformando carbono en sustancias altamente necesarias para todos los integrantes del complejo suelo-planta, y es allí donde cobra importancia una técnica que en nuestras regiones productivas lleva más de 20 años, la siembra directa. Ésta técnica no perturba el suelo y por el contrario favorece y protege la materia orgánica, quien a su vez retiene agua y carbono, y es la responsable de la salud del suelo. Así, la siembra directa valoriza este concepto. La protección del suelo con cultivos y rastrojos en superficie, evita las pérdidas de agua por evaporación, por tanto, la siembra directa es conservacionista, la cobertura del suelo mejora la infiltración, el almacenaje de agua en el perfil, dando por resultado un suelo sano y rico, que generara riqueza y sociedades prósperas.

La siembra directa es ancestral, los Incas desarrollaron agricultura sin mover el suelo, consolidaron la agricultura sistematizando relieves con siembras en terrazas, fueron verdaderos precursores de técnicas de ingeniería en riego, y además aplicaron conceptos de nutrición a las plantas con fertilizantes de origen netamente orgánico.

Si al conocimiento le sumamos el avance tecnológico, nos damos cuenta que la industria argentina en materia de siembra directa está a la vanguardia. Hoy contamos con 39 empresas fabricando sembradoras diseñadas para depositar la semilla en un ambiente propicio a la germinación, con mano de obra nacional de primer nivel, posible gracias a la participación de numerosos actores presentes en diferentes ámbitos, el conocimiento en universidades, institutos de investigación tecnológica, grupos y asociaciones de productores con objetivos puestos en la agricultura sustentable y no industrial.

La agricultura pensada para futuras generaciones, necesita cuidar el suelo y capturar carbono. Muchos cambios hemos evidenciado quienes estamos en el ambiente rural, la agricultura industrial tiene muchas limitaciones, pero lo que desarrollamos en nuestro país es una agricultura que protege el recurso y conseguirá con el devenir de los años y la constante preocupación seriamente incorporada, lograr suelos cada vez más sanos y llenos de potencial para capturar carbono y transformarlo en alimentos de mejor calidad nutricional.

Si bien es tema de debate, existe una mirada asociada a lo orgánico que día a día gana terreno, los invito a disfrutar del documental “Kiss the ground”, que instala este debate con mirada realmente crítica y positiva.

Hago propias las palabras del actor norteamericano Woody Harrelson, para avanzar en la concientización y el cuidado del suelo como recurso sustentable y generador de verdadera riqueza. 

*M.P. 1442

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