El operativo ocasionó algunas dudas y cierta resistencia entre los comerciantes, debido a la sensibilidad de los datos que se solicitaban, pero luego la Policía aclaró que la idea era armar una base de datos para dar respuestas ante cualquier llamado o caso de inseguridad.

Lo cierto es que agentes policiales comenzaron a recorrer comercios de Río Tercero interrogando acerca de las medidas de seguridad de los locales (cámaras y alarmas), nombre y contacto de los propietarios, y tomando fotografías de esas entrevistas.

La preocupación llegó al Centro Comercial, cuyas autoridades pidieron explicaciones. Desde la fuerza indicaron que se trata de un protocolo provincial de acercamiento con los vecinos comerciantes, basado en las políticas de proximidad de la Policía con la gente para dar respuestas ante eventuales eventos de emergencia, en caso de un llamado o activación de alguna alarma. La intención es avanzar en la prevención, subrayaron desde la Policía. Sin embargo se trata de una cuestión voluntaria dentro de un ámbito privado.